Las molestias normales
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Son dolores que pueden ser bastante intensos, que pueden desplazarse aquí y allá a lo largo de la espalda, pero que de todos modos no deben preocupar.
Además, en los últimos meses, la barriga que crece obliga a la columna vertebral a un esfuerzo continuo y a una postura diferente de la normal: de hecho, es natural buscar un equilibrio más cómodo desplazando el torso hacia atrás y la pelvis hacia adelante. Esta posición provoca la contracción continua de algunas bandas musculares del abdomen y de la espalda, lo que fácilmente se traduce en una sensación de dolor o en un verdadero dolor a la altura de los riñones.
La presión del útero grávido puede provocar ciatalgias, es decir, dolores similares a "puñaladas" muy fuertes que parten de la parte baja de la espalda, se prolongan a lo largo de una pierna y a veces llegan hasta el pie.
Para aliviar estos dolores, generalmente es suficiente un poco de descanso en posición acostada, ayudado quizás por algún masaje delicado.
Para prevenir estos dolores hay que intentar mantener siempre la espalda en posición correcta: dar preferencia a los respaldos rígidos, poner un cojín detrás de los riñones cuando se está sentada en un sillón o en el coche para que la espalda quede bien apoyada; evitar los sofás donde uno se "hunde".
Llevar regularmente una faja de embarazo o una faja de embarazo es útil porque mantiene la espalda más caliente y sostenida.